La toxina botulínica se ha convertido en los últimos años en uno de los procedimientos que con mayor frecuencia se realizan con con fines estéticos, pese a sus bondades una serie de “mitos” infundados circulan entre el público que queremos aclarar.
MITO #1 La toxina botulínica y BOTOX ¿son lo mismo? – La toxina botulínica (TB) es una proteína derivada de un microorganismo llamado Clostridium botulinum, es una sustancia totalmente biológica, natural, no sintética. Existen varios subtipos siendo el A y B, los más usados en los procedimientos estéticos, dado su mayor margen de seguridad y menos efectos adversos. El BOTOX, corresponde a una marca comercial de toxina botulínica tipo A, siendo una de las más populares, pero no es la única existente en el mercado.
MITO #2 ¿La toxina botulínica produce efecto de relleno y puede causar deformidades de la cara? – Es usual que la gente confunda la TB con sustancias de relleno como el ácido hialúronico o aún peor con los mal llamados “biopolímeros”, la TB no produce efecto de relleno, actúa a nivel de la unión neuromuscular disminuyendo, temporalmente, la contracción del músculo donde se haya colocado impidiendo asi que la piel que se encuentra por encima de los músculos tratados no se a arrugue, dándole una aspecto mas rejuvenecido al rostro. La TB, no concede volumen en las zonas que se aplica, no esta indicado como relleno facial y por lo tanto no causa deformidades faciales por efecto de depósito. si conoce a alguien que afirme que fue deformado después de la colocación de la TB, aconséjele que acuda a un lugar seguro, porque no fue TB lo que le aplicaron.
MITO #3 ¿Una vez me coloque toxina tendré que hacerlo siempre? – La duración del efecto de la TB varía de persona a persona. En promedio el efecto empieza a disminuir de forma progresiva a partir de los 4 meses, siendo inexistente luego del sexto mes. Si la persona decide no volver a aplicárselo no traerá efectos secundarios, sencillamente, al no estar bloqueado el músculo, éste volverá a contraerse como lo hacía antes haciendo manifiestas las arrugas ya existentes.
MITO #4 ¿No debo aplicarla toxina botulínica si estoy joven pues cuando sea mayor, no me va a hara efecto? Cada vez que nos expresamos, reímos o lloramos, los músculos de nuestra cara se van a contraer y con el paso del tiempo esto se va a traducir en la aparición de arrugas, especialmente en el entrecejo, la frente y alrededor de los ojos (patas de gallina). Idealmente, no se debe esperar a que se formen las arrugas para comenzar el tratamiento; en una persona joven con músculos faciales muy dinámicos, el uso de TB previene la formación de arrugas y conlleva a una reeducación de la mímica facial. Sí se ha comprobado que el cuerpo, puede producir anticuerpos contra la TB, pero desde que la frecuencia entre aplicación y aplicación no sea menor a los 3 meses este riesgo se reduce dramáticamente, por lo tanto es el especialista, quien valora el caso y decide en conjunto con el paciente, el momento de inicio del tratamiento.
MITO #5 ¿La toxina botulínica sólo sirve para quitar arrugas? – La TB esta indicada en el tratamiento de líneas faciales hipercinéticas, es decir, aquellas arrugas que se forman por la acción de los músculos durante la mímica facial (gesticulación) y que generalmente son visibles sólo cuando el rostro se pone en movimiento. Las áreas de la cara que pueden ser tratadas son principalmente las del tercio superior , es decir, el entrecejo, la frente, alrededor de los ojos (patas de gallina). Así mismo puede usarse para elevar las cejas, la punta nasal y las comisuras orales corrigiendo la sonrisa gingival. Tiene otras indicaciones diferentes al rejuvenecimiento facial, donde también ha demostrado ser de gran utilidad, como en el manejo de la sudoración excesiva axilar y en palmas de las manos, reducción del bruxismo, alivio de migrañas, entre otras.
MITO #6 ¿Cualquier persona puede ponerme la toxina, no tiene que ser un médico? – La colocación de la TB requiere previamente de valoración médica por especialista entrenado y con conocimiento anatómico del área a tratar. Su efecto es visible entre el 3 – 7 día de la aplicación, con duración promedio de 4 – 6 meses, siendo por lo tanto un efecto temporal. Puede combinarse con otros tratamientos quirúrgicos y no quirúrgicos de rejuvenecimiento facial, como ácido hialurónico, láser, luz pulsada intensa (IPL), siendo un complemento ideal luego de la realización de la blefaroplastia (cirugía de los párpados).